MADRES...




Algunas generalidades

En pleno siglo XXI la maternidad, el “ser madre” es un objeto de consumo masivo. La televisión ofrece a los televidentes una variedad de opciones de realities para todos los gustos: madres enanas, madres de octillizos, la popular serie de MTV sixteen and pregnant, heroinómana y embarazada, etc. Más allá de las características de cada serie, lo que está claro es que en la maternidad no hay nada claro. Es conflictiva, de hecho.

Ian Hacking, sociólogo norteamericano, en ¿La construcción social de qué?, postula que la categoría crea el fenómeno. Por ejemplo, resalta que la categoría de “maltrato animal” surgió una década antes que la categoría de “maltrato infantil”. Significante que cobra vida propia y genera fenómenos de largo alcance en distintas instancias: médicas, jurídicas, económicas, subjetivas, etc. Un ejemplo simple del alcance que puede tener una “categoría”: en Bolivia la maternidad ofrece inamovilidad laboral, por lo cual es sabido que muchas mujeres se embarazan cuando corren peligro de perder sus puestos de trabajo.¿O quién no ha escuchado alguna vez eso de “embarazate y así lo amarras”?

Volviendo a la idea anterior,  quiero plantear que el significante “madre”, hoy en día, es otro objeto de consumo: libros, cursos, couching, terapias, escuelas, etc. No hace falta ir muy lejos para comprobarlo: La Alcaldía de Cochabamba ofrece un espacio para los padres que no saben ser padres: la “Escuela de la Familia”, donde los distintos profesionales te dan tips para arreglártelas con tus hijos. Por supuesto que este tipo de artefactos responden a un ideal que se enmarcan en una época, una cultura y una economía específicas. Por la clínica podemos darnos cuenta que una de las cosas más difíciles de romper es el ideal. ¿Cuántas cosas no hemos escuchado de la boca de nuestros pacientes en nombre de un ideal? El ideal de la maternidad, de la familia feliz, el esposo, la casita, los hijitos, etc. Es moneda corriente la idea de que la maternidad es algo natural.

La maternidad, por sentido común es lo más natural que hay: porque tienes ovarios, eres fértil, pareja, porque ya toca, y porque sí. Y si no tienes ovarios te los haces poner y listo; y si no quieres tener pareja vas a un banco de esperma y punto… como sucede cada vez más seguido. Ser hombre, o no tener un hombre con quién tener hijos, o ser infértil, ya no son pretextos para no ser madre.

Pero como el sentido común es el menos común de los sentidos, los psicoanalistas sabemos que no hay nada natural en la maternidad. La respuesta a qué es ser madre es una por una. Se puede concebir y parir, pero, ¿qué es una madre?

Madres de terror

La literatura, la cultura popular y el cine están llenos de historias, mitos, clichés y caricaturas sobre la maternidad. Quizás, dentro del género de cine de terror, las historias más impactantes, memorables y terroríficas, tienen como punto central la maternidad.

Theresa Knorr, un caso sonado en la década de los ’60, fue famosa por matar y torturar a sus dos hijas mayores. Cito a continuación un pasaje de Wikipedia: “Producto de su estilo de vida sedentario y su mala alimentación, Theresa comenzó a engordar desmedidamente y culpó de esto a su hija Susan, argumentando -producto de sus delirios inducidos por el licor-, que ésta estaba poseída por el Diablo y le lanzaba hechizos para hacerla engordar. Como castigo, Theresa cocinaba grandes ollas de pasta con queso y grasa y obligaba a su hija a comer excesivamente para que engordara como ella. El ritual consistía en sentarla en el piso de la cocina, poner la olla ardiente sobre las piernas desnudas de Susan para quemarla y supervisar que terminara con la olla entera”. El caso está lleno de detalles escabrosos y fue llevado al cine.

En la cultura underground, existe un popular video juego llamado “El deber de Isaac”, la historia gira en torno al idilio que vivía Isaac junto a su madre. Cocinaban galletas y dibujaban durante el día. Un día, la madre de Isaac comienza a escuchar voces que le ordenan privar a Isaac de las cosas que más disfruta. Luego, las voces le exigen que sacrifique a Isaac. El video juego consiste en escaparse de la madre y atravesar pasillos escondidos llenos de almas de bebés y hermanos de Isaac asesinados por la madre.
Muchas de estas películas e historias de terror, giran en torno a la idea de un estado alterado producto de la maternidad.

Asimismo, cada vez que salen a la luz noticias sobre infanticidios, la pregunta que circula es: ¿cómo una madre puede llegar a hacer eso?, ¿qué clase de madre es?, etc.
Cito a continuación, un pasaje de un artículo de Silvia Tendlarz:Cuando una mujer mata a su bebé recién nacido: “¿Cómo explicar el pasaje al acto homicida? ¿Cómo un recién nacido se vuelve el blanco del esfuerzo por desembarazarse de un kakon, un mal, el enemigo interior que se debe eliminar? No existe un instinto materno, dice Lacan, y nada en la naturaleza de las cosas dice cómo ser madre y qué pasiones puede generar el nacimiento de un hijo.”

Darío Sztajnszrajber, filósofo y youtuber argentino, en una conferencia sobre la biopolítica, plantea citando a Foucault, que está demostrando científicamente que los 9 meses de embarazo son un esfuerzo de aborto, donde el cuerpo de la mujer intenta desembarazarse de ese cuerpo extraño que crece en su interior. Las contracciones, vómitos y malestar general, son la evidencia. Entonces, me pregunto, ¿de dónde proviene la idea del idilio materno? La clínica está llena de ejemplos del horror que puede producir el nacimiento de un bebé, por más planificado que sea, o las consecuencias en la subjetividad de un mujer.
No alcanza pasar por el parto para que una mujer sea madre, o más aun, para que desee serlo. Una mujer debe consentir ser madre. En ese sentido, no se es madre por instinto. El bebé debe ser adoptado, alojado y acogido en el deseo de la madre. De igual modo, pongo en entredicho la idea popular de que una vez que se da a luz, se es madre para toda la vida. Una mujer deja de ser madre en el momento en que decide soltar la mano de su bebé y asesinarlo. La maternidad es una categoría legal y biológica. Pero, ¿qué dice el psicoanálisis acerca de la maternidad? Como dice la frase: papas hay en la huerta, madre solo hay una. Agregaría una por una.

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